LAS ENFERMEDADES INFANTILES. LA FIEBRE Y LAS VACUNACIONES

 

De los 0 a los 7 años el niño vive un proceso de maduración fisiológica. El cuerpo heredado de los padres tiene unas fuerzas formadoras vivas que lo edifican o constituyen. Esta materia física heredada se renueva cada siete años de forma total. En el embarazo se van incorporando el yo y las fuerzas anímicas y vitales que lleva consigo el yo. Este proceso continúa después del nacimiento. El yo necesita esforzarse juntamente con las fuerzas del alma para transformar el modelo recibido, conforme a sus propias tendencias.

 

Durante el primer septenio de vida, el yo está ocupado en la metamorfosis del cuerpo heredado (esta metamorfosis de la materia corporal no cesa de producirse en toda la vida). Lo que anuncia que toda la sustancia material heredada ha sido eliminada y reemplazada es la aparición de la dentición definitiva.

 

Poco a poco el modelo corporal heredado ha ido dejando sitio a un cuerpo totalmente nuevo cuya sustancialidad está profundamente marcada por su propio yo. Cuando este yo no es suficientemente fuerte, el segundo cuerpo se parecerá mucho al modelo suministrado por los padres. Al contrario si el yo es suficientemente fuerte. La educación del niño es especialmente difícil en los primeros años de vida por las tendencias y luchas entre el yo y las fuerzas de la herencia.

 

Las enfermedades infantiles típicas (sarampión, tos ferina, varicela, paperas, escarlatina…) representan un ejemplo característico de los combates que el yo libra con los caracteres heredados.

Es misión del médico tratar con cuidado estas enfermedades.

En contraste con el animal, el ser humano no está condicionado ni limitado por la herencia a las únicas posibilidades transmitidas por sus antepasados. El ser humano es libre y puede crear nuevas capacidades prácticamente ilimitadas partiendo de sus características heredadas.

 

 El niño en el primer septenio ha de desarrollar el pensar, el sentir y el querer. El ser humano piensa, siente y actúa a través de las mismas fuerzas que han provocado su crecimiento y desarrollo corporal.  El trabajo intenso, necesario para la elaboración de su cuerpo entraña para el niño de 0 a 7 años una menor resistencia a las enfermedades. Es necesario asegurarle una alimentación adecuada y una protección contra todas las agresiones exteriores.

 

LA FIEBRE

 

La fiebre no es una enfermedad sino un mecanismo de defensa del organismo para superar la enfermedad.

Suprimiendo la fiebre antes de tiempo, el organismo con frecuencia, no genera inmunidad contra esa determinada afección, de modo que, por ejemplo, una escarlatina cortada con antibióticos puede reincidir varias veces. El objetivo del médico no ha de ser anular la fiebre, sino hacer una vigilancia de su evolución biológica.

 

La fiebre estimula las fuerzas de defensa del organismo de manera efectiva y benéfica, favorece que el yo actúe con más intensidad.

 

 

 

 

La supresión persistente de la fiebre puede producir a la larga un debilitamiento de las fuerzas vitales favoreciendo la aparición de enfermedades crónicas degenerativas.

 

CUIDADOS DURANTE LA FIEBRE

 

Durante el acceso febril, el cuerpo está trabajando en la resolución de la enfermedad y favoreciendo la eliminación de toxinas, debemos acompañarlo en este proceso:

 

                Se ha de tomar la temperatura con regularidad.

 

                Si se mantiene a 40º se puede hacer que baje frotando los brazos, cuello, frente y piernas con una esponja empapada en agua templada. No secar la piel después. También se pueden hacer envolturas de muñecas y tobillos con una tela de algodón empapada en la mezcla de agua y vinagre.

 

                Se ha de procurar beber mucho líquido para evitar la deshidratación; zumos de fruta y caldos de verduras o infusiones como la de saúco que ayudará a eliminar toxinas durante el sudor. Cuando la fiebre baje y vuelva el apetito se reintroducen los alimentos sólido en forma de fruta fresca o verduras, retardando la ingesta de proteína animal.

 

                Es importante no angustiarse, ni ponerse tenso con la aparición de la fiebre. Ante cualquier duda o preocupación consulte a su médico.

 

 

LAS VACUNACIONES

 

Las vacunas son al igual que otras influencias como por ejemplo el medio ambiente, la alimentación, la educación y las enfermedades de la infancia, factores que pueden tener efectos limitadores o estimulantes para el desarrollo físico y psíquico del niño.

 

La vacuna puede ser útil:

 

                Si la enfermedad a prevenir es de las consideradas malignas.

                Si la vacuna a emplear es eficaz.

                Si la enfermedad maligna es pandémica y no actúan los factores económicos, políticos y nutricionales.

                Si no existen factores predisponerte que la contraindiquen (alergias, problemas inmunitarios…).

                Si se administra correctamente.

                Si hay una escasez de complicaciones producidas por la vacuna.

 

En general es más favorable para el desarrollo del ser humano activar sus capacidades curativas propias, que pretender resguardarlo de la interacción con el medio externo, protegiéndolo con vacunas preventivas y alejándolo de toda posibilidad de contagio.

 

 

 

 

 

 

 

Crearíamos salud en nuestros hijos:

 

                Ofreciéndoles una educación conscientemente conducida que estimule la actividad propia del niño, manteniendo la integridad del desarrollo. Desarrollo del intelecto en equilibrio con su centro emocional y su voluntad.

 

                El ejemplo dado por los padres y por el entorno tiene suma importancia para su educación moral y la estructuración del organismo físico. Las fuerzas de crecimiento actúan en la multiplicación celular y en la necesidad de imitar como re-produccíón.

 

                Es importante una buena alimentación, favoreciendo la lactancia materna hasta los 7 meses y una alimentación de cultivo biológico/biodinámica adaptada a las características del niño.

 

                Proteger al niño de agresiones exteriores ( traumas anímicos, exceso de estímulos; ruidos, tv… ),

                Darle una regularidad rítmica durante el dia fortalece su constitución. Ha de haber un equilibrio entre la actividad y el descanso.

 

Quien toma conciencia de que cada niño que nace trae consigo su destino, sus planes individuales de aprendizaje, desarrollará una actitud serena de vida, de plena confianza.

Hemos de ayudar a nuestros  hijos en sus procesos de aprendizaje y no intentar impedirlos.

 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

·              El arte femenino de amamantar. Liga Internacional de la Leche. Editorial Diana.

·              Nacimiento e infancia. Wilhelm Zur Linden. Editorial Rudolf Steiner.

·              El niño desde el nacimiento hasta los tres años. Dres. W. Sears y M. Sears. Editorial Urano.

·              Alimentación Natural Infantil: Monográfico de Integral nº 17.

·              Revista Natura Medicatrix, nº 46-47: especial infección, inmunidad y vacunas.

·              Vacunas triple vírica y DTP-Polio ¿realmente necesarias?. Boletín del Grup Mèdic de Reflexió sobre les vacunes.